sábado, 15 de diciembre de 2012

PASEO POR LA MARISMA

Hoy estuvimos paseando por la marisma de Santoña y además de una bonita mañana y una marea muy baja vimos estos animalitos.

miércoles, 15 de agosto de 2012

EL SAMBAL

Ayer estuve en "El Sambal".
"El Sambal" es, para mi gusto, uno de los restaurantes más importantes de la zona. En él se juntan la buena cocina y la atención maravillosa de los encargados de sala.
Tomamos el menú degustación y resultó de lo más rico.
La tortilla Philips, tortilla para beber pero que era muy auténtica, el arroz con un fuerza  de sabor insuperable, el rabo meloso y riquísimo...
Todo estaba muy bueno.
Os dejo alguna foto para comprobar el especto, para comprobar el sabor hay que ir.

lunes, 6 de agosto de 2012

SUBIDA AL MIJEDO

miércoles, 27 de junio de 2012

OBRAS EN EL C.P. PALACIO


Han comenzado las obras del colegio. Deberán estar terminadas para septiembre del 2012.

sábado, 12 de mayo de 2012

"HABÍA UNA VEZ... UN CIRCO"

Había una vez un país que vivía por encima de sus posibilidades, que sus habitantes pedían créditos a los bancos aún a sabiendas que les iba a ser difícil devolverlos, que los bancos les daban créditos a los habitantes aún a sabiendas que quizás no se lo pudiesen devolver. Todo el mundo era feliz. La industria (sólo había una importante: la construcción) trabaja a pleno rendimiento. Compraban solares pagando grandes sumas sin preocuparse. Tenían los pisos vendidos al precio que fuera. Para eso estaban los bancos, para dar créditos sin importarles el riesgo. Todo estaba bien engranado: construcción – créditos.

En este país todo funcionaba a la perfección. Era el modelo a seguir para los países vecinos. El país crecía cada vez más. Las gentes de los países vecinos del sur, por lo general muy pobres, venían a él para garantizarse una mejor vida. Algunos la perdían por el camino, pero otros lo conseguían. Llegaban al país de la alegría. Llegaban al país donde el listo que construía un par de bloques de pisos se convertía en un nuevo rico. País donde los políticos admitían regalos por acelerar unas licencias de obras. Contratistas que pagaban a esos pseudopolíticos no fuera que la competencia se le adelantara y vendiera más pisos.

La juventud dejaba de estudiar y se pasaba al mundo laboral. Cualquier joven inexperto cobraba un sueldo más que decente por subir ladrillos al quinto piso o llenar el carretillo de masa para el oficial. El oficial cobraba sueldos que ya los quisiera hoy un buen médico de la seguridad social. La industria del automóvil vendía coches y más coches.

El afán por construir llegó a todos los rincones. Había promociones de pisos en lugares que en tiempos normales nunca se hubieran vendido. Pero en este país se vendían. Se construyeron autovías, puertos deportivos, campos de golf, aeropuertos… aunque no hubiera coches, barcos, golfistas o aviones. No importaba. Era el deporte de moda: la construcción.

Un día, alguien, no se sabe quien, comenzó a dar la voz de alarma diciendo que los bancos no tenían dinero, que habían dado tantos créditos que se habían quedado secos de dinero. Y el malicioso vocero, además, añadía que los bancos habían dado muchos créditos que no iban a poder recuperar. Ante esta situación alarmista algunos bancos comenzaron a vender sus créditos “problema” a otros bancos más ingenuos. Algunos se cargaron de créditos imposibles de recuperar y dieron en quiebra. Otros pidieron ayuda al gobierno para no quebrar. Se había dado la vuelta a la tortilla. Los que daban dinero a los ciudadanos ahora pedían ellos dinero para no cerrar.

Y ocurrió que los bancos dejaron de dar crédito a los ciudadanos. Los ciudadanos dejaron de comprar pisos y coches. Los contratistas dejaron de hacer pisos y despidieron a sus obreros. Los obreros, en un principio, no se alarmaron, tenían algunos dinerillos ahorrados e invertidos en pisos. Luego, cuando comprobaron que la cosa duraba más de la cuenta y los ahorros disminuían y los pisos no se vendían, entraron en estado de nervios. La gente sin trabajo miraba más por sus pocos ingresos. No gastaban al tuntún. Como se consumía menos se producía menos. Este descenso de producción fue cerrando más y más fábricas, más y más trabajadores de todos los gremios (ahora llamadas PYMES) fontaneros, cristaleros, carpinteros, transportistas… pasaron a engrosar el paro. Más gente parada, menos consumo, menos producción, más gente al paro. El ciclo se repetía una y otra vez. Las cifras del paro aumentaban cada mes.

Mientras tanto los gobiernos de este país, no importa de qué signo político se preocuparon mucho por intentar resolver este grave problema. Para ello buscaron dineros donde ya casi no había: subieron impuestos a la gente, bajaron sueldos a los funcionarios, hicieron pagar más por las medicinas y gasolina, recortaron de aquí y de allá para conseguir fondos e intentar resolver el problema más gordo: la falta de dinero de los bancos.

Con esto pretendían resolver el ciclo vicioso en el que caía y caía la economía. Si dotaban a los bancos de liquidez, estos volverían a dar créditos a las gentes y las gentes volverían a comprar pisos y otras cosas y los contratistas volverían a hacer promociones y a contratar a obreros, y estos obreros volverían a comprar todo lo que se les antojara y las PYMES y las grandes fábricas volverían a vender. El país volvería a ser el país que fue. El país envidia de sus vecinos.

Y mientras tanto, los amigos europeos que antes nos ponían de modelo a seguir (por lo bueno que éramos), ahora, nos ponen de modelo a seguir (por lo malo que somos)... para estos amigos mejor enemigos. Nos piden que volvamos a la senda de la producción, a la senda del trabajo y nos los piden exigiéndonos que recortemos, que no gastemos, que bajemos sueldos, que... y no hay nadie en este país que les lleve la contraria. Al revés, “hay que hacer caso a los amigos europeos” dicen.

¿Merecerá la pena volver al estado anterior?
¿No será mejor construir (no con ladrillos) una nueva economía?

miércoles, 18 de abril de 2012

El lector de Julio Verne


"El lector de Julio Verne" Almudena Grandes, Ed. Tusquet, 2011

Almudena Grandes continúa con la serie comenzada con "Inés y la Alegría". Serie basada en la vida después de la guerra civil española.

"El lector de Julio Verne" narra la vida de Nino, un hijo de un guardia civil en los años 40-50, en un pueblo de la sierra de Jaén donde los guerrilleros siguieron activos esperando una vuelta a la normalidad republicana.
Almudena pone en boca de Nino la narración de diversos acontecimientos ocurridos en el pueblo. Nino es el hilo conductor de la narración. La figura de Pepe el portugués pone un punto de intriga en la novela.
Almudena comenta al final de la novela la veracidad de algunos de los acontecimientos narrados.

En mi opinión Almudena pone una carga demasiado pesada en los hombros de un niño de 9-11 años. A veces no me ha parecido natural el pensamiento de un niño de esa edad sobre los acontecimientos que pasaban a su alrededor, aunque los niños de 9 años en esa época fueran diferentes a los de ahora.
La primera mitad de la novela no me ha gustado demasiado. La segunda mitad la he encontrado más entretenida. De todas formas a mi juicio me gustó mucho más "Inés y la alegría". Pero para gusto se hicieron los colores.

jueves, 29 de marzo de 2012

LEO


Desde hace un mes vive con nosotros un nuevo perro. Le llamamos Leo. Se trata de este pastor belga tervueren de origen palentino. Tiene tres meses y es muy cariñoso.

lunes, 20 de febrero de 2012

NOJA


Me ha llegado esta lámina de un Noja muy antiguo. Cuando llegué a Noja en el 1977 no era muy diferente. Había plátanos bordeando la carretera y alguna construcciones más: el Cantábrico, el Zenit Mar... pero básicamente era igual. La plaza, las escuelas, la iglesia, la curva de la iglesia, la finca del marqués de Velasco... todo muy similar.

domingo, 29 de enero de 2012

FOTOS DE INVIERNO



jueves, 26 de enero de 2012

La mula


"La mula" de Juan Eslava Galán. Ed.Planeta. Barcelona 2003.
Juan Eslava Galán nos presenta en "La mula" una novela sobre la guerra civil española.
En ella nos narra lo que acontece al cabo acemilero Castro. Cabo que se encuentra una mula en la guerra y trata de salvarla a toda costa para que, una vez terminada la guerra, llevársela para su casa y trabajar con ella. Gracias a la mula se ve metido en un lío del que sale famoso y homenajeado.
Novela muy entretenida y fácil de leer que nos hace ver la guerra desde otro punto de vista.

El Palacio de la Medianoche


"El Palacio de la Medianoche" de Carlos Ruiz Zafón 1994,Ed. Planeta. Barcelona.
La novela pertence junto a "El príncipe de la niebla" y "Las luces de septiembre" a la llamada trilogía de la niebla.
Es una novela juvenil, de misterio. En ella una pandilla de chicos y chicas de dieciséis años resuelven un enigma que afecta a dos de ellos.
Demasiado fantástica para mi gusto... pero claro... es una novela juvenil.
Se lee con gran facilidad. Vale para pasar el rato.